lunes, 11 de enero de 2010

Innovacion Empresarial

La innovación
Antes de enfocarme en lo que es innovacion empresarial es necesario hablar de innovacion, en cual, tiene por objetivo la búsqueda sistemática de oportunidades para hacer cosas nuevas o de una forma nueva, de modo que se aporte valor a los clientes y a la propia empresa. No consiste (solamente) en llevar adelante una serie de proyectos novedosos aislados, sino que la innovación es un proceso de negocio, directamente ligado a la estrategia de la empresa y a su competitividad futura, con un marcado carácter multidisciplinar en el que intervienen no sólo los aspectos tecnológicos (de producto o proceso) sino también los comerciales y organizativos, es decir, la innovacion exige el exito comercial tomando en cuenta que la innovación puede presentar distintos niveles de novedad, dependiendo de que se trate de una novedad para la empresa, una novedad para el mercado en el que compite la empresa, o una novedad mundial. Aunque cualquier nivel puede aportar ventajas, toda empresa debe aspirar a niveles crecientes novedad. También suelen establecerse dos niveles de intensidad del resultado de la innovación, la innovación incremental, que supone una mejora significativa de algo ya existente, y la innovación radical, que supone la creación de un nuevo paradigma. Cuanto mayor es la intensidad de una innovación mayor es el riesgo, pero también mayores las oportunidades en caso de éxito. La empresa debe disponer de una cartera equilibrada de innovaciones entre incrementales y radicales.
La innovación tiene una dimensión estratégica

Desde una perspectiva estratégica, la innovación puede interpretarse como un proceso sistemático para la creación y desarrollo de ventajas competitivas orientado al medio y largo plazo. En este sentido la innovación y la estrategia están directamente relacionadas. Es de destacar que unas de las fuentes más importantes de fracaso en el desarrollo de actuaciones aisladas de innovación son su falta de alineación con la estrategia de la empresa, y la incongruencia entre los recursos requeridos y los accesibles. Por este motivo es esencial que la alta dirección de la empresa enfoque la innovación como un proceso estratégico y desde una perspectiva global, considerando el retorno positivo a medio y largo plazo de la inversión realizada. Para medir dicho retorno deben utilizarse métricas específicas, no convencionales en otros ámbitos de la gestión. La medida de los resultados de la innovación es un elemento clave para realimentar el sistema de toma de decisiones.
El estilo innovador de una empresa es, ante todo, una cuestión cultural. Para sacar
provecho de la innovación hay que empaparse en ella, es necesario asumir que lo que hoy constituye nuestro éxito, mañana puede desaparecer y deberá ser substituido por algo nuevo, o de lo contrario la empresa seguramente entrará en crisis. Es necesario ser consciente de que si la empresa se mantiene en una posición estática, la competencia la adelantará en la carrera por el mercado, puesto que ninguna ventaja competitiva perdura por siempre. La empresa debe demostrar su compromiso con la innovación asignándole recursos materiales y humanos. El desfase temporal existente entre el consumo de recursos en innovación y la obtención de unos resultados tangibles, debe enfocarse desde la perspectiva de una inversión en opciones de éxito futuro.
La empresa innovadora es aquella que gestiona su proceso de innovación de
forma sistemática. La gestión de la innovación es una disciplina que debe aprenderse y practicarse. La definición y posterior desarrollo de un plan de innovación, en el que se incluyen los proyectos concretos a realizar, requiere nuevas capacidades y habilidades de gestión por parte de los directivos, incluidos los de más alto nivel, y no sólo de aquellos con responsabilidades técnicas. Precisamente aquello qué caracteriza a una empresa innovadora es hacer de la innovación un hecho cotidiano y no un conjunto de acciones puntuales inconexas.
por consiguiente, el plan de innovación debe ser ambicioso pero a la vez consecuente con los recursos accesibles, y focalizarse en una serie de proyectos clave. La creación de propuestas de
proyectos de innovación surge de la reflexión estratégica y del análisis, dentro de ella, de toda una serie de potenciales fuentes para la innovación. Según P. Drucker, estar alerta a los cambios (sobre todo los inesperados), a las incongruencias, a las necesidades de los procesos, a los nuevos conocimientos, a las necesidades que se generan en el mercado y en la sociedad, constituye una fuente de oportunidades para la innovación. Los proyectos de innovación deben ser luego priorizados y seleccionados a través de un proceso formal. Tan importante para el éxito de la innovación es abordar los “proyectos de innovación adecuados” como el ejecutarlos del “modo adecuado”. Para ello deben utilizarse técnicas adaptadas a la de gestión de proyectos de innovación, que tengan en cuenta sus características específicas (mayor incertidumbre, objetivos a medio y largo plazo, recursos compartidos.). El proceso de innovación se desarrolla entonces como un embudo, en el que se eliminan sistemáticamente aquellos proyectos que se van revelando como de menor potencial, o incluso inviables.

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